Estaba acostada en mi cama, perdida entre mis propias
sábanas y mi mente empezó a funcionar. Hacía tiempo que no funcionaba, tu
ausencia me quemaba el cerebro. De repente me encontré contigo, en la puerta de
ese bar. Hacía mucho frío, pero tu calor me abrigaba, me abrazabas como si
fuese la última oportunidad para vernos y yo lo disfrutaba, hasta que de
repente, esa imagen se borró. Entre
nubes de algodón y estrellas que no brillan reconocí tu rostro, ese hermoso y
delicado rostro el cual anhelo mirar en cada momento de mi vida, por eso es que
recurro a los recuerdos, para revivir momentos contigo una y otra vez, es por
eso que recurro a algún punto indescifrable en medio de mis fantasías.
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